En primer lugar, hay que descartar cualquier otro tipo de problema médico, como pude ser un fallo de visión o cualquier otro tipo de problema relacionado con las articulaciones de las manos. Una vez descartado, lo llevaremos a un especialista en el tema, un psiquiatra o psicólogo infantil, para que diagnostiquen el problema y nos indiquen y orienten para corregirlo.
El objetivo principal para corregir la disgrafía, es lograr mejorar la coordinación manual, corregir la realización de los movimientos básicos que intervienen en la escritura (rectilíneos, ondulados), aumentar la destreza y la atención gráfica, controlar la presión, rapidez, frenado, fluidez del lápiz sobre la hoja, colocar correctamente el papel sobre el que se va a escribir y mantener una postura corporal adecuada, así como la de las manos, dedos y el brazo.
Para ello, se deben hacer ejercicios de coordinación, orientación, psicomotricidad, trabajar con las letras y palabras, técnicas para manejar los signos de puntuación, ejercicios de atención y concentración, etc.
Hacer caligrafía es fundamental para corregir la disgrafía. Al principio se deben hacer caligrafías de punteados donde halla que repasar movimientos rectilíneos y curvilíneos, así como aquellas otras que son de letras y palabras.
Cuando se logre hacer correctamente este tipo de ejercicios pasaremos a caligrafías sin punteados.
También es necesario mantener una postura corporal adecuada. Para ello debemos apoyar la espalda en el respaldo de la silla y colocar la silla cerca de la mesa; no se debe acercar mucho la cabeza a la hoja sobre la que se escribe y la forma de coger el lápiz debe ser la correcta, es decir, ni muy cerca ni muy lejos de la punta del lápiz, aproximadamente a 1.5 centímetros de distancia.
Existen muchos métodos y técnicas que trabajan estas áreas. Son muy eficaces y se obtienen muy buenos resultados.
Es aconsejable que se empiece a trabajar cuanto antes.
La implicación de padres y profesores es fundamental para tratar esta alteración. | |
La disartria es una alteración en la articulación de fonemas que viene derivada de lesiones del sistema nervioso, de enfermedades nerviosas o de los músculos responsables del habla (lengua, faringe y laringe). Las personas que sufren disartria, unen a las alteraciones en la articulación, una dificultad para utilizar sus órganos bucales al comer o al realizar cualquier otra actividad. La disartria se produce por una alteración del sistema nervioso y motor y no por un trastorno lingüístico propiamente dicho. Los errores de articulación en las personas con disartria se pueden manifestar de cuatro maneras distintas, si bien en la mayoría de los casos aparecen varios de estos síntomas en una misma persona. Estos síntomas son: - Sustitución: es cuando un fonema es remplazado por otro que es más fácil de pronunciar para el paciente. - Distorsión: los sonidos se distorsionan al pronunciarse, pero no se llega a sustituirse por otro fonema. - Omisión: se omite el sonido que no se puede pronunciar correctamente. - Inserción: se intercala un sonido inexistente para facilitar la pronunciación de las palabras. En la disartria se produce un daño en la parte del cerebro que controla el habla, afectando a músculos que son necesarios para producir ciertos sonidos. Dependiendo de la zona neurológica afectada los síntomas son más específicos o más generales, si la lesión es central no sólo afecta a la dicción sino que también se afectará la coordinación respiratoria o el ritmo al hablar.
La disartria puede ser producida por una lesión de algún órgano o por unfuncionamiento deficiente del sistema nervioso central o periférico. Es en este último caso cuando la disartria entra dentro de los trastornos del desarrollo psicológico y recibe el nombre de disartria funcional. Existen varias posibles causas de la aparición de disartrias funcionales, pero en muchas ocasiones se combinan varias de ellas para que se produzca el trastorno. Entre los factores que inciden en su aparición podemos destacar: - Factores psicológicos: Hay muchas causas de tipo afectivo que pueden producir trastornos que inciden en un retraso en el aprendizaje del lenguaje y en una mala pronunciación de palabras y fonemas. Sentirse rechazado socialmente, problemas familiares, separaciones de los padres o los mismos celos producidos por el nacimiento de un hermanito pueden hacer que un niño vuelva a hablar como lo hacía años atrás y deje de pronunciar correctamente algunas palabras. - Factores ambientales: Los entornos familiares con carencias de atención a los niños por parte de sus padres o con niveles socioculturales muy bajos son proclives a que el nivel de aprendizaje del niño se vea afectado negativamente y que en muchas ocasiones afecte al lenguaje. - Factores hereditarios: La experiencia muestra que es relativamente frecuente que se den casos de disartria en una misma familia, por ello se cree que existe cierta predisposición a heredar este trastorno. Un factor específico que puede afectar a la articulación y pronunciación de fonemas en los niños es el bilingüismo, cuando los niños aprenden más de un idioma en edades muy tempranas pueden tener algún problema en este sentido, pero en casi todas las ocasiones se corrige sin ningún tipo de problema.
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